Usar bien el limón para acompañar a tus platos preferidos

El limón es un fruto que está presente en muchos platos, bien de manera directa o utilizado como condimento final tras el emplatado. Y eso algo que está bien, si te gusta el zumo de limón y su sabor, intenso y ácido. Realmente, el limón tapa el sabor de muchos platos en los que se utiliza y generalmente se gasta para enmascarar una falta de sabor o un sabor muy intenso. Las cualidades del limón ayuda a mejorar esos platos que no tienen todo el sabor que debería tener y hacerlos más agradables al paladar.

Pero hay que utilizarlo con cuidado. Por ejemplo, es normal utilizar limón con la paella. Muchas personas lo consideran indispensable para disfrutar de un buen plato de la especialidad reina de la cocina española, pero en realidad, lo que hace el limón es «matar» el sabor de la paella. Sí, quizá utilizando un poco sobre el arroz se potencia en cierta manera el sabor, pero se anulan sabores que son importantes en ella.

Si se utiliza en demasiada cantidad, es posible que el sabor de la paella pase totalmente desapercibido y solo sepa a limón. Esto se podría entender si el sabor de la paella no es todo lo intenso que se esperaba y se necesitaba. También es aconsejable utilizarlo en platos con poca sal, para darles más sabor.

Uno de los usos que se le da al limón es para aliñar moluscos antes de comerlos. Las almejas de carril, las ostras y otros deliciosos productos, que se suelen consumir sin cocinar, necesitan del limón. La acidez del zumo reduce el PH de la ostra o la almeja, provocando su muerte y también la de los microrganismos que viven en ella. Dejando que el limón actúe durante un par de minutos, se consiguen eliminar todos los microorganismos y convertir en seguro este delicioso manjar.

El limón es, desde luego, un gran aliado para la cocina, pero hay que saber utilizarlo bien.